Quiero relatar una situación que me sucedió recientemente cuando visité una sucursal de una oficina bancaria en la cual tengo cuenta. Curiosamente dicha entidad cotiza en el IBEX 35. Mi única intención era realizar unas gestiones habituales, como las que podemos hacer cualquiera de nosotros que tenemos una cuenta corriente o un producto financiero. Sin embargo me vi sorprendido por la “sugerencia” de un “Asesor Financiero”, a los cuales habría que denominarles claramente lo que son: comerciales, ya que si tienes un mínimo de conocimientos en el asunto y escarbas un poco, determinas claramente que su única misión es conseguir una serie de objetivos marcados mediante el endose de determinados productos que venden. Otra cuestión sería analizar si los productos que ofertan interesan a los potenciales clientes, pero de lo que si estoy seguro es que si que interesan a la entidad que los oferta.
El empleado de la entidad
bancaria en ningún momento se preocupó en conocer mis conocimientos o
inquietudes de inversión. Simplemente comprobó que yo disponía de algo de
liquidez, y con mucha soltura me soltó lo siguiente: “Yo compraría acciones de
la entidad, ya que están baratas, seguro que van a cotizar a un precio más
alto, como así han hecho en el pasado”. Como soy un poco puñetero, le hice la pregunta
clave para determinar cual era su estrategia de inversión: “ ¿En cuánto tiempo
crees que estarán a ese nivel?”.Su respuesta, como podréis deducir, fue ambigua,
difusa y nada esclarecedora, y desde luego no adecuada para invertir ni un
Euro.
Me he permitido compartir esta
anécdota, ya que es una situación que nos podemos encontrar en este mundo de la Gestión de Activos
Financieros en donde el Momento
(Timing) en el que se toma la inversión es clave.
No quiero ser más listo que
nadie, pero ya sé que las acciones de la entidad bancaria van a estar al mismo
nivel, o incluso muy superior que en el momento al cual se refería el comercial
de banca, pero también sé que van a estar a un precio muy por debajo del
actual. Poniéndonos en una situación
temporal muy larga, por ejemplo 50 años, no sería aventurado, y seguramente no
nos equivocaríamos si decimos que cualquier acción que cotiza en el IBEX 35
tendrá un precio 3 o 5 veces superior al actual, o por el contrario puedan
cotizar a un precio un 70% inferior al actual. ¿De qué nos sirven entonces está
información?, lamentablemente de nada.
Uno de los grandes errores,
provocados y fomentados por unos “Asesores Financieros” poco cualificados y
cuyo único objetivo es cumplir las cuotas de objetivos o recaudar comisiones,
es realizar inversiones sin una planificación estratégica basada en un análisis
previo que determine el momento de la
Tomas de Posición en los Activos.
Pero sin duda el mal que subyace
en toda inversión realizada sin previo análisis es la Envidia.
Muchas personas invierten sólo por un comentario de un
familiar cercano, amigo o compañero de trabajo que les dice que se están
forrando por haber comprado el activo X. Sus mentes en ese preciso instante se
ciegan, y no ven o no quieren ver lo más importante: ¿Qué criterios han tomado
estas personas para invertir?. En muchas ocasiones estas primeras personas
tomaron sus decisiones también por el comentario de sus vecinos, familiares o
compañeros de trabajo. Si es así y les está saliendo bien, no habrán hecho otra
cosa más que “Jugar”, y más temprano que tarde saldrán escaldados y arruinados.
Si por el contrario sus inversiones se han realizado a través de un análisis
riguroso y serio que les ha determinado el Momento
de entrada y salida, estarán invirtiendo adecuadamente, pero no están
compartiendo esta información con los demás. Y es aquí donde se encuentra la
llave, ya que las estrategias de inversión per se (salvo excepciones) no son ni
buenas, ni malas. Probad sino a decirle a un neófito en Bolsa que se puede
ganar dinero cuando esta cae a plomo. ¡Alucinaran!.
En toda buena estrategia de
gestión de nuestras inversiones tiene que haber un análisis previo que nos
marque el Qué, Cómo, Cuánto y Cuándo Invertir. Hacerlo de otra manera es
regalar dinero al mercado.
¡Qué daño han hecho las conversaciones
de Bolsa en Bares de Copas a altas horas de la madrugada!
RAÚL CALLE
PSICOLOGÍA DEL TRADING
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